Los 18 pensamientos y citas sobre el tema: Las edades del amor.
Cuando estás enamorado, no piensas en la diferencia de edad.
Sea cual sea su edad, la mujer quiere experimentar el segundo amor, pero pretende inspirar el primero. No quiere ser juzgada, medida, devuelta a sus límites reales. Ella quiere parecer supremamente deseable cada vez que le da la mano. Es su debilidad secreta. Todo lo que tiene límites le parece pequeño. La indulgencia le parece un ultraje. Ella confesará todas sus imperfecciones a Dios, pero no puede tolerar a un pretendiente que parece sospecharlo. Necesita la ilusión del infinito.
Estoy en la edad en que más se disfruta el placer de amar, y en que más se aprecia la satisfacción de no amar. Una conversación tierna con una mujer bonita es un gran placer para mí. Sólo hay uno más grande: es estar solo en una buena cama donde uno está muy tranquilo.
Cuando el hielo de la edad ha enfriado a los amores, junto al fuego de su casa, recordando sus buenos días, a menudo una pareja fiel, a pesar de sus canas, hace saltar una chispa al juntar sus brasas.
Hay una edad para amar y disfrutar, hay una para disfrutar sin amor.
El amor debe, con la edad, hacer como la amistad, apegarse a las cualidades de la persona amada.
Hay amores de todas las edades; el hombre es inconstante y ligero: cualquiera que sea el nudo que lo atrape, en cuanto posee, quiere cambiar.
Cuando amamos, tengamos la edad que tengamos, siempre es la primera vez.
El drama de amar a una mujer mucho más joven que uno mismo, y de ser amado por ella, radica en la diferencia, no de edades, que hace maravilloso este amor, sino de las velocidades con que el tiempo se lo lleva y te arrebata.
Los amores ardientes y eternos pertenecen sólo a la tierna edad.
Perdóname esta amargura, pero la edad de amar cuando la teníamos, como el renacimiento bajo la guadaña, todo allí sonaba mortal y falso.
No podemos ser amados a ninguna edad, pero a cualquier edad podemos amar.
A cualquier edad, en cualquier lugar, el amor es solo una idea.
El amor es de todas las edades.
¡Ey! ¡Qué sería de la hermosa época sin amor! una larga enfermedad
Aquellos que posponen el amor hasta la mediana edad pagan entonces un gran desgaste.
El amor no tiene edad; todavía es incipiente.
A la edad en que uno es amable, nada es tan hermoso como amar.