44 citas sobre el ardor

Los 44 pensamientos y citas sobre el ardor:

La mayoría de los hombres, ciegos en sus elecciones, desean con más ardor lo que les es perjudicial que lo que les puede ser provechoso, y trabajan para sus enemigos mucho más que para sí mismos.

Isócrates – Discursos Morales – IVmi s. AV. J.-C.

El incienso solo viene en tierra tibia. ¡Los pensamientos fuertes solo salen de un corazón ardiente!

Alexandre Weill- El tesoro del pequeño espíritu (1874)

La pasión más ardiente, tanto humana como divina, es el amor. El amor es la condenación de carne y hueso del egoísmo. Nadie ama solo y para sí mismo. Amar es vivir y sentirse, como el Creador, en otro ser que uno mismo; es el anticipo terrenal de la dicha celestial. Un ser humano que ama, a pesar de la humareda del fuego de la pasión, se transfigura, se vuelve angelical, se vuelve divino.

Alexandre Weill- Las historias del pueblo (1860)

El calor del alma es el foco de sus facultades; es ella quien renueva constantemente su ardor, nunca es parte de la mediocridad.

Hipólita de Livry – Pensamientos y reflexiones (1808)

El celo por el mal ciega; el ardor por el bien ilumina.

Sra. Necker – Las mezclas y los pensamientos (1798)

Las mujeres más ardientes por apoderarse de la vida tienen un instinto admirable para el peligro de amar demasiado rápido; saben que los sacrificios, lejos de ser absolutos y vanos, son semillas que la felicidad nos devuelve centuplicada con el tiempo de la siega.

Raymond Brucker- María de Valreas (1841)

El ardor excesivo de nuestros deseos frustra a menudo todas nuestras esperanzas.

Alejandro Papa- Las máximas y reflexiones morales (1739)

La curiosidad vaga al calor de su fiebre; ella ve un teorema en el que solo habría una simple suma o resta.

Ana Barratín – En camino (1894)

A menudo el hombre tiende con todo el ardor de sus deseos, con toda la energía de sus facultades, hacia una meta donde no encontrará más que desgracias.

Pierre-Claude-Victor Boiste – El diccionario universal (1843)

Hay que poner en el deber el mismo ardor que en el placer.

Antonin Rondelet El elogio de Madame Récamier (1851)

No es el que trabaja más tiempo el que recoge la gavilla más fuerte, sino el que trabaja con más ardor.

Félix Bogaerts – Las máximas, pensamientos y reflexiones (1837)

La velocidad es todopoderosa en la guerra como en todas las situaciones de la vida. No se hace nada grande en el mundo sin las pasiones, sin el ardor y la audacia que comunican al pensamiento y al valor.

Adolphe Thiers- La historia de la revolución francesa (1841)

Es un rasgo curioso, en materia de amor, que las mujeres que tienen el carácter más odioso son las más agradables. Su pasión pasa con toda naturalidad de la necesidad de atormentar al más intenso ardor amoroso. Se paga pues por el primero las aprobaciones del segundo. ¿Quién se quejaría del mercado? El calor en el amor ya no es amor.

Pablo Leautaud- Pasatiempo (1928)

Yo le decía a una mujer, durante una cita que tenía con ella, para demostrarle mi ardor: «Llevo tres días esperando esta noche». «Te lo agradezco», respondió ella. Esta es la pasión que tienen, o que muestran.

Pablo Leautaud- Palabras por un día (1947)

Es curioso como siempre me han robado en mis amores. Quiero decir que siempre he dado más de lo que recibí, que siempre he mostrado más presión, gusto, ardor del que se me mostró. Probablemente se deba a que yo llevaba por todas partes pasión, espontaneidad, eso que yo llamaba el juego limpio, cuando las mujeres sólo ponen en ello el cálculo, la prudencia, el disimulo y la diplomacia.

Pablo Leautaud- Palabras por un día (1947)

Una flor embellecida por los primeros rayos del sol pronto se seca por su ardor.

Josefina de Sartory – El duque de Lauzun (1807)

El ardor amoroso es una cosa muy singular, ciego como todos los instintos y más cegador aún. Su propiedad es quitar la memoria, entorpecer la razón y despertar la ilusión después de haber desechado todos los consejeros y todas las trabas de la fantasía. Es una especie de opio invisible que narcotiza todas las facultades críticas y exalta la producción de sueños.

Henri-Frédéric Amiel – Diario, 11 de mayo de 1865.

Es inútil ya menudo peligroso dar consejos a quien, animado por el ardor de una pasión, sólo escucha sus movimientos.

Jean-Jacques Rousseau – Pensamientos de una mente recta (1826)

La actividad de una pasión profunda es para el hombre el ardor del bien, el fuego del genio.

Étienne Pivert de Senancour – Oberman (1804)

Necesidad fatal de amar, verdugo de nuestra vida, que atormenta el corazón o consume la carne, con tu ardor sin fin nuestra alma perseguida, buscando un paraíso, encuentra muchas veces un infierno.

Henri-Frédéric Amiel – La parte del sueño (1863)

Difícilmente imaginamos el amor sin celos, tanto sentimos que amar con ardor es amarse a uno mismo.

Eugenio Marbeau – Comentarios y pensamientos (1901)

Tengo un recuerdo encantador, el de una emoción eléctrica y un beso muy tierno y muy ingenuo. No tenía el ardor de la fiebre sino el perfume de la rosa. Inocente, amorosa y vivaz, no me lo reprocho, y lo embalsamaré en mi memoria, como esas rarezas que el peregrino, al volver de sus viajes, encuadra entre sus objetos preciosos.

Henri-Frédéric Amiel – Diario, 29 de julio de 1852.

El amor, tal como yo lo experimento, sólo se puede sentir una vez: se dice que en el transcurso de la vida se puede amar apasionadamente a dos personas; pero una pasión violenta e impetuosa no es siempre amor verdadero, a menudo es sólo una locura culpable, cuyo ardor insensato no puede combinarse con una sensibilidad suave.

Félicité de Genlis – Arturo y Sophronia (1805)

Hay momentos en la vida en los que deseamos ardientemente fuertes conmociones cerebrales para salir de pequeños dolores.

Alfred de Vigny- Cinco de marzo (1826)

La pasión y la paciencia son necesarias para avanzar en el camino de la fortuna.

Gabriel Sénac de Meilhan – Pensamientos separados (1795)

El amor eleva nuestras acciones desde el terreno bajo y trivial donde se mueve la bestia, cuando hay un ardor que no quema la carne, sino que calienta y fecunda la inteligencia; es el fuego tomado del cielo por Prometeo para encender en el corazón humano pasiones distintas de los apetitos sensuales.

Luis Augusto Martín – El espíritu moral del XIXmi siglo (1855)

Debemos guardarnos del entusiasmo repentino, del ardor ciego; es con pasos medidos, con reserva y prudencia que recorremos el camino de una sólida amistad.

Luis Augusto Martín – El espíritu moral del XIXmi siglo (1855)

La pasión es un ardor insaciable, y cuanto más alimentas este fuego, más arde.

Eugenio Sue – Las diversas máximas y pensamientos (1857)

El amor es un sentimiento moral que tiene por objeto y efecto la unión de dos almas; elige un solo objeto de su preferencia, y se apega a él con un ardor celoso y cada vez mayor; necesita la indisolubilidad y la eternidad de los lazos que forma.

Julio Simón – Deber (1854)

El arrebato más vanidoso es aquel al que no acompaña el ardor.

San Bernardo de Claraval – Sermón sobre la Palabra de Isaías – XIImi s.

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